martes, 27 de julio de 2010

sábado, 17 de julio de 2010

TE DIJE


Te dije que eras hermosa
y tú dijiste “extraña”.
Te dije que eras hermosa
y me dijiste “rara es la palabra que buscas”
Te dije que simplemente eras perfecta
Y me dijiste “no conoces mis defectos”
Es el cúmulo de tales el punto de tu perfección
Hiciste como que no oíste
Te dije que te quería
“Estás sólo” afirmaste
Te dije que te quería
“Me necesitas más de lo que me quieres”
Afirmaste por segunda vez
Te dije que eras hermosa y que te quería
Y tú solo alcanzaste a comentar
“Dices tantas cosas y yo indispuesta a escuchar…”


NOTA: Pintura de Lucian Freud

sábado, 10 de julio de 2010

La niña Izel



La niña Izel nació con una tele bajo el brazo
y cuando despierta sólo piensa en la pantalla.

Ella quiere ser doctora cuando grande
y quiere ser cantante y maestra y cocinera.

Es hija de una relación
tan líquida como cierta,
tan cierta como dolorosa,
tan dolorosa como llevadera.

Es hija del postmodernismo
tan contradictorio como uno mismo;
es hija de embarazos no planeados,
de un hotel y una casa alquilada,
de no tener para la renta
y vivir en casa de la abuela.

A la niña Izel la leche no le gusta
mucho menos las verduras,
y quisiera saber que su padre
algún día tiene que volver.

La pequeña es… pequeña
como se supone son los niños,
es víctima más no sufre
vive en decadencia pero es feliz.

Sabe amar y es amada,
es sobrina y nieta consentida
con bicicleta de reyes magos
y muñecas en cumpleaños.

La niña Izel no es tan especial
no es una en un millón,
ríe, come, sueña, juega, llora…
pero no entiende su vida, sin televisión.